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Pirámides de población de 1960 y 1996

Pirámides de población:  analiza y comenta las siguientes pirámides de los años 1960 y 1996.

 

Las gráficas que se nos presentan son dos pirámides de población que plasman la estructura de la población española por sexo y edad en dos años concretos, 1960 y 1996. A partir de ella pueden analizarse también los sucesos que han tenido repercusiones demográficas en los cien años anteriores a los que se refiere la pirámide. La fuente no aparece pero estos datos proceden del INE, Instituto Nacional de Estadística, y las cifras son absolutas, indicadas en miles en cada grupo de edad y  cifras relativas en referencia al sexo.

 

Con relación a la estructura por sexo en ambas pirámides se observa un  mayor nacimiento de varones que de mujeres( la barra de los 0-4 años es más larga del lado de los varones). No obstante según ascendemos en la gráfica observamos que llega un momento en que los efectivos de los dos sexos se igualan,  en el año 1960 en el tramo de edades comprendidas entre 20 y 24 años y en el año 1996 entre 30 y 34 años. Posteriormente hay un desequilibrio  a favor de las mujeres, puesto que son más numerosas las  ancianas. Esto es debido a una mayor esperanza de vida de las mujeres por razones biológicas (inmunológicas y hormonales), socioculturales (mejores hábitos de vida y alimenticios así como trabajos menos duros) y la asistencia de  partos en clínicas. Por otro lado los hombres han sido objeto de emigraciones y sobre todo  presentan unas mayores tasas de mortalidad  por sus peores hábitos de vida (alcohol, tabaco, peor alimentación, vida desordenada, etc.), porque  desempeñan trabajos más duros y  participan en guerras. Como consecuencia el índice de mujeres ancianas es sustancialmente más elevado que el de ancianos. Aunque cada vez más la mujer toma hábitos y formas de vida que anteriormente eran propios de los hombres (trabajo, alcohol, tabaco, etc.), lo que redundará en una menor diferencia.

 

Respecto a la estructura por edad comprobamos que la población española ha envejecido. Hecho que se pone de manifiesto en la evolución de la forma de la pirámide.  La pirámide de 1960 tiene forma de campana u ojiva y la de 1996 de urna. En el año 1960, la forma de campana es indicativa de una población adulta, (población joven,  entre 0-14 años son un  27,3%) y un porcentaje de ancianos inferior al 12% (Los mayores de 64 años suponen un 8, 2%). Las causas de esta situación son: Por un lado un descenso suave de la natalidad determinado  por los sucesos históricos. Por ello existen momentos de mayor decrecimiento, crisis económica de 1929, la inestabilidad política del 31 al 36, la Guerra Civil y posguerra, en la que hallamos dificultades económicas agravadas por el bloqueo internacional, en la que apenas repercutió la política natalista de Franco. Y los años finales del desarrollismo (1965-75) debido a las migraciones del campo a la ciudad y los problemas de viviendas. La recuperación se dio en los años 20, período de prosperidad y entre los años 1956-65, donde situamos el Baby boom postbélico retrasado gracias al fin del bloqueo internacional y la recuperación de la economía. Y por otro lado asistimos también a un descenso notable de la mortalidad( dos únicos momentos de mortalidad catastrófica, gripe de 1918 y la Guerra Civil), por los avances médicos y sanitarios(antibióticos, vacunas, nacimientos en clínicas, extensión de la sanidad pública, la mejora de la higiene),  el aumento  del nivel de vida (mejora de la dieta), el aumento del nivel educativo y cultural,  y la disminución de la mortalidad infantil (partos en clínicas y mejoras de la pediatría y de la  alimentación infantil). Estas tasas permitieron un crecimiento vegetativo alto manifiesto en que todavía es perceptible la forma triangular ya que las generaciones más numerosas están  en la base, la consecuencia es el relevo generacional y la existencia de muchos activos trabajando y poca población dependiente.

En el año 1996 la forma de urna muestra una  población  envejecida, con un porcentaje de ancianos  superior al 12% (15,6 %), mientras que los jóvenes son un porcentaje escaso (16,17 %). Este envejecimiento es debido a la escasa natalidad, manifiesta desde 1976 y un aumento de la esperanza de vida como indica el alto número de ancianos. Idea remarcada por  el índice de envejecimiento que se sitúa en 1996 en el 0,965 frente al 0,300 de 1960.  El descenso de la natalidad se debe a las siguientes causas: La situación económica que siguió a la crisis de 1975 que supuso un grave aumento del paro que hizo reducir los nacimientos  y retrasar la edad del matrimonio. A partir de los 80,  la precarización de los  contratos laborales, el alto precio de la vivienda y la crisis económica de los noventa. Además el cambio de mentalidad en la sociedad a partir de la transición a la democracia, con la disminución de la influencia religiosa, despenalización y uso de anticonceptivos, despenalización del aborto en ciertos supuestos, incorporación de la mujer al trabajo, preponderancia de las relaciones de pareja y surgimiento de nuevas formas familiares menos prolíficas. Y por último,  el aumento del nivel de vida que supuso un progreso en la protección social y  del nivel cultural( se valora la formación y el bienestar del hijo y se prefiere tente menos y mejor atendidos y se aspira  a mejoras materiales, la adquisición de bienes de consumo y el disfrute del tiempo libre compiten con los gastos y la dedicación que requieren los hijos, lo que incide en la reducción de su número).

El  descenso de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida se ha debido a progresos médicos y sanitarios, las mejoras en la higiene y en la dieta y la elevación del nivel educativo y cultural. Además la  mortalidad infantil ha disminuido.

La consecuencia que podemos extraer de la evolución de la población española a partir de ambas pirámides es el envejecimiento. Hecho que afectará al futuro de las pensiones, puesto que disminuirá el número de cotizaciones y aumentará el número de perceptores, a la salud, puesto que los ancianos consumen un elevado número de recursos médicos y farmacológicos. Estos gastos  se incrementarán por una mayor  localización de los ancianos en áreas rurales. Y  finalmente, a la integración social, determinada por la insuficiente existencia de residencias y la necesidad de actividades enfocadas a ellos.

 

Podemos destacar  los siguientes hechos con repercusiones demográficas reflejadas en ambas pirámides.

En las barras superiores podemos observar  el efecto de la epidemia de gripe de 1918, esta  repercute en  1960, en el tramo de 40-44 años y en 1996 entre 75-79 años. El impacto de la Guerra Civil  se manifiesta  en aquellos hombres (entre 20 y 30 años) que participaron en la contienda, en 1960 afecta al tramo de edad  de 45-59 años, en 1996 de 80-85 y + años.

La crisis  económica del 29 podemos encontrarla en el entrante del tramo de edades de 30-34 años en 1960 y en 1996 entre 65-69 años.

El entrante de 1936- 1940 (Representado en los tramos de edad de 20-24 en 1960 y de 55-59 en 1996), corresponde a los no nacidos durante la Guerra Civil y a los exiliados políticos, agravado porque los adultos que debían procrear eran también escasos.

Entre 1941-1955 se observa una mediocre fecundidad de la posguerra, (representado en los tramos de edad de 1960: 5-19 y 1996: 40-54)  en la que no se produjo un aumento de la natalidad a pesar de la política natalista de Franco, por el desabastecimiento, la carestía, la política autárquica y el bloqueo internacional.

- Entre 1956-65 aparece el boom de natalidad, para algunos el postbélico retrasado, ( reflejado en 1960, tramos de 0-4 años; 1996, 30-39 años) debido a la suavización y fin de la política autárquica, al desarrollo económico de los sesenta y  la disminución de la mortalidad. Los efectivos aún hubieran sido mayores de no haber sido por la corriente migratoria a Europa.

- Entre 1966-1975,  expuesto en 1996 en los tramos de edad de 29-20 años,  vemos una estabilización de los efectivos porque es la época de auge de la emigración del campo a la ciudad, que obliga a reducir el tamaño de la familia. Además corresponde procrear a las generaciones menos numerosas nacidas durante la guerra y la posguerra..

- Desde 1976 la pirámide hace un entrante de cuatro barras debido a la reducción de la natalidad por las causas ya señaladas. Este descenso aún hubiera sido mayor de no haber sido por el retorno de los emigrados y la inmigración.

Esta situación permite prever  que en los próximos años continuará este estancamiento de la natalidad, quizás con algún repunte por la mejora económica y los nacidos de  inmigrantes, así como un aumento de la mortalidad por el elevado índice de ancianos. Esta situación tendrá como consecuencia un crecimiento real de la población española bajo, determinado fundamentalmente por la cada vez mayor entrada de inmigrantes. Todo ello pone de manifiesto la necesidad de realizar en nuestro país políticas natalistas más eficaces similares a las que se están desarrollando en países de nuestro entorno como Francia.

 

 

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